LA PÉRDIDA Y EL DUELO.

El duelo, es un periodo de tiempo que sirve para resignificar la vida, tras una pérdida. Y es que el duelo, no se da solo por la muerte de alguien, como se puede pensar, sino por pérdidas de todo tipo: quedarse sin trabajo, perder a una mascota, un divorcio o separación, perder una casa, perder amigos, cambiar de lugar de residencia, etc. Situaciones como estas, pueden provocar en la persona, diferentes respuestas emocionales, al entrar en el proceso de duelo debido a la interpretación personal de su vida.  Pasamos por diferentes etapas dentro del duelo; negación, culpa, ira, negociación y aceptación.

La Tanatología, apoya en este espacio de tiempo para que la persona pueda transitar el camino, atendiendo el proceso desde el inicio, durante y hasta el final, con el acompañamiento adecuado que le permita ir pasando estas etapas, con total respeto de las creencias religiosas y espirituales de cada quien, así como con los rituales que necesite la pérdida.  Es muy importante también, dependiendo de cada caso, tener presentes en el trabajo tanatológico; las manifestaciones cognitivas (procesos mentales) y fisiológicas (respuesta del cuerpo) que los duelos provocan en las personas.

Verónica Beamonte Pedrero
Lic. en Psicología
Mtra. en Tanatología Transpersonal
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