Extrañaremos tu boca, de la que siempre recibimos palabras amables y de consuelo.
Extrañaremos tus oídos, siempre dispuestos a escuchar.
Extrañaremos tu mano amiga, ayudando siempre al necesitado.
Pero sobre todo, extrañaremos tu corazón, siempre bondadoso, amoroso, dadivoso, radiante y humilde.
Eres inolvidable,