Lamento mucho la triste gran pérdida de Elena. Que el Dios de todo consuelo los fortalezca, como dice 2 Corintios 1:3,4: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que nosotros podamos consolar a los que se hallan en cualquier clase de tribulación mediante el consuelo con que nosotros mismos estamos siendo consolados por Dios.»
Pronto llegará el día en el que la muerte será eliminada para siempre y nuestros seres queridos sean resucitados para que vivan en esta Tierra convertida en un paraíso. “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. (Apocalipsis 21:3,4)

Mientras ese hermoso día llega, millones de personas por todo el mundo han podido hallar consuelo leyendo este folleto: http://www.jw.org/finder?pub=we&wtlocale=S&srcid=share

Reciban mis más sinceras condolencias.